YO
SOY AJEF
¿PORQUE?
PORQUE
sin haber arribado a la mayoría de edad --pues paso de los catorce
y aún no llego a los 21-- siento la inquietus de mi condición de ser
humano y me intereso intensamente por todo lo que me rodea y conmigo
se relaciona.
PORQUE
deseo llenar cumplidamente mi papel en el mundo, estructurando una
personalidad definida y acabada, que me distinga convenientemente;
por eso me apresuro a participar en el deseo de la vida, en consiente
determinación, como hombre y no como objeto.
PORQUE
siento por el hombre como hermano y no me es ajena ni indiferente
la humanidad.
PORQUE
no me es dable encerrarme en mi bienestar personal, cuando muy cerca
oigo la voz del dolor y la desgracia ajenas.
PORQUE
ardo de anhelo de gastar el cúmulo de energías que engendra mi juventud,
en acción que no se consuma sin provecho, sino que sea útil y produzca
bienestar.
PORQUE
observo a mi padre y soy testigo de sus inquietudes y sus afanes en
la lucha por la vida y quiero ser copartícipe de esas inquietudes
y de esos afanes y aligerarlo, en cuanto me sea posible, de la varga
que gravita sobre él.
PORQUE
aspiro a que mi padre, al abrazarme cariñosamente, lo haga con orgullo
y satisfacción, viendome actuar con eficiencia.
PORQUE
en el gran panorama de la vida debemos ser abeja laboriosa que liba
la miel del amor fraternal y de la cordialidad, y no zángano de ociosidad
parásita o comején destructor.
PORQUE
la acción colectiva, anuando voluntades y fundiendo propósitos, con
vistas a una finalidad utilaria común, es más ventajosa que la acción
individual, aislada y desarticulada; por eso me hice AJEF, para que
codo con codo y corazón con corazón, juntarme a aquellos que piensan
como yo y sienten también deseos de satisfacer identicas necesidades.
Así
ingresé a un taller juvenil, auspiciado por una logia masónica, después
de cumplir satisfactoriamente los requisitos exigidos por la ley.